Las agujas dentales en Odontología son una parte fundamental de una gran cantidad de procedimientos operatorios, podría incluso decirse que es uno de los consumibles más utilizados en la práctica odontológica. Sin embargo, se debe considerar que su uso puede llegar a ser peligroso para el operador y paciente, esto cuando su manejo no es el adecuado.
Según Stanley F. Malamed las agujas dentales son el vehículo que permite que el anestésico local corra desde el cartucho dental hacia los tejidos que rodean la punta. (1) Para el Dr. Carlos Macouzet Olivar es parte del armamentario que permite el paso del anestésico local desde el cartucho hacia los tejidos. (2)
La aguja está compuesta de una sola pieza de metal cilíndrica alrededor de la cual se sitúa el adaptador de la jeringa de metal o de plástico y el conector de la aguja. Todas las agujas comparten los componentes siguientes: bisel, eje, conector y extremo de penetración del cartucho. (1)
Dos factores deben tomarse en cuenta cuando elegimos las agujas dentales, se trata del calibre y la longitud, cuando hacemos referencia al calibre en muchas ocasiones tenemos la creencia que al usar un calibre menor el paciente tendrá una percepción a la punción disminuida sin que realmente exista literatura que justifique esta situación, los calibres más comunes en México son 27G y 30G, siendo este último el más delgado (mientras menor sea el número significa que el calibre será más grueso), cuando hablamos de la longitud de las agujas, probablemente este tema puede generar una mayor controversia, por lo que este autor se pregunta; ¿Cuál es la mejor longitud que podemos usar en nuestros procedimientos cotidianos? La respuesta es simple, debemos usar todas las longitudes disponibles a nuestro alcance.
Las agujas odontológicas están disponibles en tres longitudes: larga, corta y ultracorta. Las agujas ultracortas sólo están disponibles con el calibre 30G. La longitud de una aguja corta oscila entre 20 y 25 mm, con un promedio de 20mm, y la de una aguja larga entre 30 y 35mm, con un promedio de 32mm. (1)
Descrito lo anterior, ¿De dónde surge la controversia? Consideremos que nuestro sistema tradicional de educación universitaria y la libertad de cátedra proporciona al profesor la posibilidad de influir en las decisiones de los alumnos en formación, por lo que si el profesional que forma parte esta educación prefiere el uso de ciertas agujas, muy probablemente transmitirá esta preferencia a sus pupilos, en una encuesta rápida que este autor realizó con un grupo de colegas sobre la preferencia en la longitud de las agujas, esta parece inclinarse al uso de agujas cortas, al cuestionar al grupo sobre su elección las respuestas fueron muy variadas; “No me gusta usar largas porque el paciente se asusta” “Las agujas largas son peligrosas” “Por anatomía no es necesario el uso de agujas largas”.
Basándonos en evidencia cabe recalcar algunos puntos relacionados al uso de agujas cortas y largas:
1. Los estudios llevados a cabo en cadáver han mostrado que, para obtener una anestesia eficaz del nervio dentario inferior, la aguja ha de penetrar en el tejido hasta una profundidad de 21,96 mm. Esto significa que, si se utiliza una aguja fina y corta para la anestesia de conducción en la mandíbula, la aguja tendría que penetrar totalmente en el tejido. El cubo de la aguja es rígido y tiene una flexibilidad limitada. Es la parte más débil de la aguja, por lo que representa el punto de máximo riesgo de rotura. (3)
2. Cuando el grosor de las partes blandas que se va a atravesar es amplio resulta preferible usar una aguja larga (p. ej., bloqueo de los nervios alveolar inferior, mandibular de Gow-Gates, mandibular de Akinosi, infraorbitario y maxilar. Las agujas cortas se pueden utilizar para cualquier tipo de inyección en cualquier paciente que no precise una penetración demasiado profunda de las partes blandas (p. ej., a una distancia de 20 mm o menos). (1)
3. Una ley física afirma que la presión es inversamente proporcional al diámetro. Referido a la anestesia local esto significa que, cuanto menor es el calibre de la aguja, mayor es la presión de inyección y mayor es el estímulo doloroso provocado por la presión de inyección. Junto con la velocidad y la presión de inyección, la escarificación del periostio también constituye una fuente de dolor. Además, las agujas de menor calibre tienen una mayor tendencia a la rotura. (3)
Como podemos observar el uso de agujas largas es seguro siempre y cuando tengamos los cuidados necesarios durante su uso, anatómicamente y para algunas técnicas anestésicas es necesario el uso de esta longitud, aún cuando la rotura de las agujas es un accidente poco frecuente en Odontología, debemos estar preparados para esta situación y prevenirla con las siguientes recomendaciones:
1. Las agujas no deberán usarse en más de un paciente.
2. Deben cambiarse tras haber realizado 3 o 4 punciones en el mismo paciente.
3. Explica al paciente lo que se va a realizar y las sensaciones que podría tener, esto eliminará considerablemente el factor sorpresa y evitará movimientos bruscos por parte del paciente.
4. Las agujas no deben doblarse bajo ninguna circunstancia, esto debilitaría su estructura.
5. La aguja no debe introducirse totalmente en el tejido.
1. Las agujas no deberán usarse en más de un paciente.
2. Deben cambiarse tras haber realizado 3 o 4 punciones en el mismo paciente.
3. Explica al paciente lo que se va a realizar y las sensaciones que podría tener, esto eliminará considerablemente el factor sorpresa y evitará movimientos bruscos por parte del paciente.
4. Las agujas no deben doblarse bajo ninguna circunstancia, esto debilitaría su estructura.
5. La aguja no debe introducirse totalmente en el tejido.
Con lo anteriormente expuesto podemos concluir que es recomendable el uso de todas las longitudes de las agujas disponibles en el mercado nacional, sin embargo, no dejemos de lado la preferencia individual y que de ninguna manera este autor pretende expresar que una es mejor que otra, finalmente “no existe mejor material que el que sabemos utilizar”.
Y tú colega ¿Qué tipo de aguja utilizas?
Fuentes:
1 Stanley, F., (2020) Manual de anestesia local 7 edición, Elsevier.
2 Macouzet,C., (2008) Anestesia local en Odontología 2 edición, Manual Moderno.
3 Augello, M., Jeannette, V., Christine, D., (2011). La rotura de agujas como complicación de la anestesia de conducción intraoral en la mandíbula. Elsevier, Vol 24 Núm. 1.