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Introducción:

La relación entre Odontología y Medicina ha sido reconocida a lo largo de la historia de la humanidad. Esta correlación fue documentada en los textos de la medicina antigua y ha sobrevivido hasta el presente, acompañada de la evolución de las tecnologías en ambas disciplinas. A partir de 1940, aproximadamente, se produce el declive de esta visión global Medicina/Odontología, dando lugar así a la segunda división entre ambas (la primera ruptura ocurrió en 1840 cuando se eliminó la disciplina odontológica del curso de Medicina). De esta manera, se creó la primera Escuela Dental del mundo en Baltimore. En 2007, una resolución de la Asamblea Mundial de la Salud pidió que la salud oral se integrara en los programas de prevención de enfermedades crónicas.

En el artículo “The History Of Dentistry And Medicine Relationship: Could The Mouth Finally Return To The Body” se menciona lo siguiente: “Todavía hay una gran brecha entre la Odontología y la Medicina. El conocimiento sobre las infecciones bucales y sus efectos debe investigarse más a fondo y luego divulgarse en gran medida en medicina, de modo que la boca finalmente pueda regresar al cuerpo con la debida importancia”.¹

Esta relación siempre la he tenido presente como médico. Me dirijo a ustedes, dentistas y profesionales de la salud oral, una vez reconocida la importancia de su especialización y les comparto lo que vivo día a día con mis pacientes. Dentro de mi consulta diaria, el dolor dental es una causa muy frecuente en la atención primaria, aun con el hecho que el letrero de mi consultorio muestra “medicina general”. En muchos casos, la desesperación o desconocimiento de los pacientes los hace recurrir a quien les pueda quitar el dolor lo antes posible. Como médico, considero que mi deber es derivarlos con el dentista. Sin embargo, mi responsabilidad con el paciente me compromete a ayudarles con el dolor mientras asisten al odontólogo.

El dolor dental constituye una causa frecuente de consulta en atención primaria. En estos casos la actuación del médico debe limitarse a la aplicación de medidas terapéuticopaliativas del dolor y la inflamación. De ahí que resulte necesario establecer un acuerdo médico-odontólogo para conocer las diferentes formas de presentación del dolor dental y las posibles causas que lo producen, con el fin de mejorar la comprensión del problema y la utilización correcta de los medicamentos.

De la mano de mis hijas, odontólogas, hicimos esta pequeña guía de atención al dolor para tratar de identificar la molestia del paciente, así se sienta más tranquilo y agende su cita con el dentista lo antes posible.²

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En el consultorio o clínica

La manifestación clínica común a todas ellas es el dolor, pero existen contrastes entre los distintos cuadros que pueden facilitar el diagnóstico diferencial, también con una breve reseña de los hallazgos exploratorios en un inicio al alcance del médico de atención primaria, así como tener en cuenta que para realizar una exploración dental precisaremos de una fuente de iluminación dirigida y colocar al paciente en decúbito supino.

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Tipos de dolor

1. Si el dolor es intenso pero muy breve (1-2”), y aparece solo al masticar, sugiere la presencia de una fractura de esmalte. Si se trata de un diente vital el dolor puede desencadenarse también con el frío y en ocasiones la visualización de la fractura es casi imposible.

2. Cuando el dolor es intenso y de corta duración, debido al frío, los ácidos, el cepillado dental o al tocar con la uña el cuello de la corona dental, indica hipersensibilidad dentinaria.

3. Si el dolor es agudo, dura 2 o 3 segundos y se desencadena por alimentos o bebidas frías y dulces suele deberse a caries en etapa inicial (pulpitis reversible). Estas caries pueden ser observadas si ocupan las superficies masticatorias, vestibulares o linguales, pero no si se localizan en las superficies que contactan con dientes adyacentes.

4. Si el dolor es agudo, dura unos cuantos segundos y se produce con alimentos o bebidas calientes y dulces nos encontramos ante una pulpitis serosa (irreversible) debida a caries profunda que no alcanza tejido pulpar. Estas caries generalmente son apreciables.

5. Dolor espontáneo muy intenso-pulsátil, que dura minutos u horas y se incrementa con la oclusión dentaria, el decúbito y el calor, indica pulpitis purulenta (irreversible) por caries que llega al tejido pulpar. Suelen observarse grandes caries abiertas y restos radiculares.

6. Un dolor sordo, continuo, que no se incrementa con el decúbito y apenas por los cambios térmicos sugiere la presencia de absceso periodontal. La percusión sobre el diente afectado suele ser menos dolorosa que la presión sobre la encía.

7. Si el dolor es muy intenso en la encía, acompañado de intensa inflamación y halitosis muy desagradable y llamativa indicaría una gingivitis ulcero necrosante aguda.

8. Ante un paciente entre 18 y 40 años, con un dolor sordo originado en el espacio retromolar irradiado a la mandíbula, faringe, oído o cuello, asociado a inflamación de la mucosa, que rodea al cordal y con dificultad para la apertura bucal, probablemente nos hallamos ante una pericoronaritis de cordal.

9. Dolor en un diente móvil al juntar los maxilares, masticar o al tocarlo con los dedos. La mayoría de las veces, la causa de que se muevan los dientes es un problema de encías, aunque también puede deberse a enfermedades periodontales: gingivitis y periodontitis (piorrea), traumatismos que afecten al soporte dental o caries en estado avanzado.

10. Dolor intenso localizado en el lugar de la extracción reciente de un diente, sugiere la presencia de una alveolitis seca (complicación infecciosa de la exodoncia).

Por otro lado, es interesante destacar que, en ocasiones, podemos encontrarnos con dolores de origen dentario procedentes del maxilar inferior que el paciente localiza en el superior y viceversa. Estos dolores referidos suelen despistar al profesional de la salud.³

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Diagnóstico diferencial / otras causas del dolor dental

Los cuadros más frecuentes que pueden confundirse con dolor dental son:

a) HERPES SIMPLE (en la mucosa del paladar duro y en la encía)

El herpes simple en la mucosa del maxilar superior es muy frecuente, especialmente tras la realización de tratamientos dentales. Es un cuadro doloroso, agudo y continuo; el paciente suele referir que procede de algún diente, pero sin especificar. Además, en la exploración se encuentran múltiples vesículasulceritas confluyentes, localizadas principalmente en la mucosa del paladar duro o en la encía vestibular, cerca de una pieza dentaria.

b) SINUSITIS MAXILAR

La sinusitis maxilar puede dar lugar a un dolor irradiado preferentemente a los caninos y premolares superiores. Se debe tener en cuenta que, en ocasiones, una sinusitis puede tener su origen en una pulpitis irreversible o en un absceso periodontal de estos dientes, dada la proximidad de sus ápices radiculares con el suelo del seno maxilar.

c) NEURALGIA ESENCIAL DEL TRIGÉMINO

La neuralgia esencial del trigémino es un cuadro muy doloroso que en ocasiones se confunde con un origen dentario, y viceversa. Una buena anamnesis y una exploración oral, con ayuda de la radiología, contribuyen a facilitar el diagnóstico.

d) DISFUNCIÓN DE ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR

La disfunción de articulación temporomandibular, cuadro de origen incierto, posiblemente multifactorial, en el que influyen alteraciones neuromusculares, puede producir dolor irradiado, sobre todo en el maxilar inferior. En la exploración suelen encontrarse disminución en los movimientos de apertura, desviación mandibular en la apertura y cierre, así como chasquidos articulares.

e) OTALGIA

La otalgia referida o secundaria es por definición la sensación de dolor ótico en presencia de un examen físico del oído totalmente normal. Puede originarse por diversos mecanismos dada la compleja inervación sensitiva del pabellón auricular, del conducto auditivo externo y del oído medio. Los procesos inflamatorios del oído pueden, en ocasiones, irradiarse a los maxilares pudiendo confundir al paciente sobre su origen, aunque no deberían ser obstáculo para el médico.⁴

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Exploraciones complementarias

Existen pocos métodos complementarios para la detección de las causas de dolor dentario al alcance del médico de atención primaria. La ortopantomografía resulta muy útil para el estudio de la erupción dentaria, malposiciones, dientes incluidos, grandes caries, restos radiculares, fracturas mandibulares y para el estudio de cordales y quistes, pero para el diagnóstico de la mayoría de las caries, pulpitis y abscesos periodontales ofrece poca nitidez. Para ello se precisa de la radiografía intraoral de la zona dolorosa, que solo recoge información de un cierto número de piezas dentarias, no obstante, su definición es muy superior.⁵

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Tratamiento

El tratamiento por parte del médico del dolor de origen dental/ periodontal será siempre sintomático, y el paciente debe ser remitido al odontólogo-estomatólogo para su tratamiento etiológico.

A fin de mitigar el dolor producido por la caries (pulpitis serosa y purulenta), el absceso periodontal y la pericoronaritis del cordal suelen ser útiles los analgésicos habituales, como el ácido acetilsalicílico a dosis de 500-1,000 mg/6-8 h, o el paracetamol (500-1, 300 mg/6-8 h)

Este último, asociado a codeína, resulta muy eficaz cuando el dolor es intenso o existen contraindicaciones al empleo de antiinflamatorios no esteroides. Si el componente inflamatorio es muy intenso, como sucede en los adenoflemones y osteoflemones, y en la pericoronaritis del cordal, deben emplearse AINE del tipo ibuprofeno (400-600 mg/6-8 h) o diclofenaco (50 mg/8 h).⁵

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Referencias bibliográficas:

1. Viera, C. L. Z. & Caramelli, B. (2009, octubre). The history of dentistry and medicine relationship: could the mouth finally return to the body? Interdisciplinary Medicine of Cardiology at the Heart Institute. Universidad de San Paulo, Brasil.
https://terapianeural.life/la-historia-de-la-relacion-entre-odontologia-y-medicina-podria-la-boca-finalmente-regresar-al-cuerpo/

2. Baca, P.; Llodrá, J.C. & Bravo, M. (1996). Caries dental. Etiopatogenia, clínica, diagnóstico, control y tratamiento. Liébana, J. & Bagán, J. V. (eds.) Terapéutica antimicrobiana en odontoestomatología.
Madrid: International Marketing & Comunications, S.A., pp. 219-231.

3. Donado, M. (1996). Infecciones odontógenas: diagnóstico. Donado, M. (ed.) Urgencias en clínica dental.
Gijón: Laboratorios Rhône-Polenc Rorer, S.A., pp. 217247.

4. Echeverría, J. J. (1995). Epidemiología y clasificación de las enfermedades periodontales. Echeverría, J. J.; Cuenca, E. & Pumarola, J. (eds). El manual de odontología.
Barcelona: Masson, pp. 792-794.

5. Gay, C. & De la Roca, C. (1999). Dientes incluidos e impactados. Causas de inclusión dentaria. posibilidades terapéuticas ante una inclusión dentaria. Gay, C. & Bernini, L. (eds.) Cirugía bucal.
Majadahonda: Ediciones Ergon, pp. 353-368.

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Escrito por:

Dr. Gustavo Sahagún Reynoso
Médico Cirujano Partero Céd. Prof. 1436053

(Universidad Autónoma de Guadalajara)

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