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En México se sufren diariamente los efectos de la violencia y violación a los derechos humanos. Es una realidad que el número de personas desaparecidas y asesinadas va en aumento; este hecho representa un gran reto para las autoridades encargadas de buscar e identificar a las personas cuyo paradero se desconoce. Hasta principios de 2019, en México se denunció la desaparición de 36,265 personas, no obstante esta cifra es considerablemente imprecisa, pues omite los casos no denunciados, registrados ni investigados. Las estadísticas señalan una mayor prevalencia de desaparecidos en el sexo masculino (29,938 casos) con respecto al femenino (9,327 casos).(1) 

Aun así, son bastantes los métodos disponibles para la identificación forense de cadáveres desconocidos, ya que puede lograrse mediante la recopilación de características como tatuajes, cicatrices, lunares, malformaciones, deformaciones, impresiones dactilares, secuelas de cirugías previas y un estudio odontológico completo.Sin embargo, no todos pueden ser siempre utilizados, estos parámetros van a depender del estado del cadáver. 

Cuando los daños en el cuerpo son importantes, la Odontología forense es la disciplina encargada de apoyar en la identificación. (2 y 3) .

Identificación mediante los dientes

Como sabemos, las coronas de los dientes se encuentran recubiertas por esmalte.(4) Las raíces se encuentran a su vez recubiertas por un tejido mineralizado llamado cemento. Debajo de estos, se encuentra la dentina, la cual se distribuye en todo el interior del diente, desde la corona hasta las raíces y circunda a una cavidad en la parte interna de cada diente, conocida como cámara pulpar, donde se aloja el conjunto de vasos y nervios que le dan vitalidad, nutrición y sensibilidad a cada una de las piezas dentarias. Por ende, los componentes inorgánicos hacen a los dientes muy duraderos a lo largo del tiempo y resistentes a efectos del fuego, desecación, traumas y descomposición.(5)

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Así como las huellas digitales, los dientes presentan características muy peculiares en cada persona, como su morfología, la posición y tamaño de los dientes, anomalías y padecimientos como desgaste dental, lesiones por caries y periodontopatías.(6)

DIENTES:
Los tejidos más resistentes del cuerpo, están en boca de todos

Tres de los tejidos que conforman el diente están formados por el compuesto de fosfato de calcio llamado hidroxiapatita (HA) con fórmula química Ca10(PO4)6(OH)2. 

Cada uno de estos tejidos presenta diferente organización ultraestructural:
1) Esmalte, constituido por un 97% de HA y el resto de material orgánico.
2) Dentina, 70% HA y el otro 30% es material orgánico que constituye la corona y raíces dentales.
3) Cemento radicular, 60% (HA) y lo demás es material orgánico que cubre la dentina de las raíces. Dicha composición química y estructural otorga a los dientes propiedades de resistencia aptas para la masticación donde se ejercen fuerzas entre 43 y 74 kilogramos-fuerza, aunado a que soportan cambios térmicos y son insolubles.(4) 

En el campo forense, más allá de la morfología de la boca, es de vital importancia reconocer que los tejidos dentales protegen al ADN que se encuentra en la pulpa dental, en ocasiones resulta ser la caja fuerte de la información genética.(5) 

El proceso de identificación humana mediante esta disciplina depende de las condiciones del individuo o de los indicios dentales con los que se cuente; así como del tiempo que ha transcurrido después de la muerte o intervalo post mortem. Es común que si el cadáver presenta rigor mortis (rigidez de la muerte) se vuelve inflexible y difícil de manipular por lo que se realiza una disección o necropsia oral que facilita la manipulación para la toma de registros. 

Materiales más comunes: La amalgama y su interés forense

Los materiales utilizados en el campo odontológico son todos biomateriales. Es decir, son sustancias biológicamente compatibles y farmacológicamente inertes diseñadas para ser implantadas o incorporadas dentro del sistema vivo. En términos químicos podemos aseverar que son sustancias poco o nada reactivas, características que les permiten ser compatibles con el ambiente bucal, permanecer por tiempo prolongado y así evitar su degradación. Estos biomateriales son muy resistentes a los cambios físicos y químicos como los que ocurren normalmente en la boca. En general, los materiales encontrados en un cadáver, llamados de identidad específica, se pueden clasificar de acuerdo con su aplicación en restauraciones dentales: endodoncias, prótesis, implantes, aparatos de ortodoncia y ortopedia. Estos materiales ofrecen información relevante para la Odontología forense. Por su naturaleza química se clasifican en metales, polímeros y cerámicos. Algunos especialistas forenses concluyen que los tratamientos más encontrados en la identificación de cadáveres humanos son las amalgamas y las resinas.(5) 

Las amalgamas y las resinas se utilizan para obturar o recuperar la anatomía y función de las cavidades que quedan tras eliminar las caries.

Por un lado, el uso de las amalgamas prevaleció por mucho tiempo debido a su durabilidad y bajo costo, pero la toxicidad del mercurio es una de sus principales desventajas ya que, si bien en la aleación los átomos de mercurio quedan atrapados, poco a poco puede desprenderse mercurio en forma de gas y acumularse en la sangre para ir a alojarse en pulmones, riñones y cerebro donde puede permanecer por varios años. En la actualidad es más común optar por la cremación de cadáveres, y con esto en cuenta, es considerada la principal fuente de emisión de mercurio a la atmósfera, e incluso los países escandinavos han prohibido las amalgamas de aplicación odontológica por su compromiso con el medio ambiente.  

En contra parte, las resinas predominan, pues son de materiales que polimerizan al instante mediante luz, haciéndolos fácil de detallar sin prisa a la anatomía de los dientes y que además resultan más estéticos, pues simulan la textura y el color de los mismos.

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Otros elementos de identificación pueden ser las prótesis, biomateriales que se utilizan con la finalidad de restaurar la anatomía, función y estética de la cavidad oral cuando se ha perdido uno o más dientes. Pueden ser fijas, cuando van cementadas a los dientes, o removibles que se sujetan por ganchos cuando son parciales o si son totales se adhieren mediante saliva y se diseñan a partir de las retenciones de hueso y tejidos adyacentes. 

Por último, los materiales pueden ser metálicos, cerámicos, a base de polímeros o una combinación de estos. Los materiales más usados son titanio, tantalio y zirconia.

PROCEDIMIENTO FORENSE: Impresiones y modelos de yeso

La toma de impresiones y elaboración de moldes que hace el odontólogo forense requiere de dos pasos: el primero es el registro negativo con un material de impresión, y el segundo, es elaborar el positivo en yeso. Ambos materiales deben garantizar la fiel reproducción en dimensión y forma, tanto de las características dentales anatómicas como de las condiciones adquiridas durante la vida. En casos forenses la atención al detalle hace la diferencia.

La forma más empleada para hacer impresiones odontológicas de individuos vivos o muertos es la sal sódica del ácido algínico, popularmente conocida como alginato. Este polisacárido es capaz de absorber 300 veces su peso en agua y en presencia de iones de calcio forma un sólido elástico similar a la plastilina, fácil de manipular. Otro material usado es la silicona, que se utiliza en casos donde se requiere mayor exactitud y precisión en la reproducción uno a uno. Siendo un material sintético resistente a condiciones extremas, es flexible y suave al tacto y al igual que el alginato, es una sustancia inocua por lo que puede utilizarse en la boca sin ningún problema. La temperatura de la boca también modifica los tiempos de gelificación del alginato, ya que este proceso es más rápido a mayor temperatura y un cuerpo sin vida está por debajo de los 37 °C, de ahí que requerirá mayor tiempo para generar el registro.

Las impresiones o “negativos” se utilizan para el vaciado del molde o “positivo” con yeso, material conocido por su capacidad para adoptar cualquier forma y por la rigidez que adquiere una vez que seca.

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Para elaborar los moldes, el yeso en polvo se rehidrata al agregar agua, al estar homogénea y fluida la mezcla se vacía en las impresiones y se eliminan las burbujas de aire mediante vibración. El material se va endureciendo mientras se lleva a cabo una reacción exotérmica, que desprende energía en forma de calor, en un proceso que se conoce como fraguado.

La estabilidad dimensional es una característica que nos ofrecen los materiales que cuando están finalizados los modelos, es necesario que permanezcan estables, esto es, que no se hinchen o se contraigan con el tiempo o las condiciones ambientales.

Los odontólogos forenses utilizan los moldes de yeso para realizar estudios y análisis que resultan clave en una investigación y en el proceso de identificación de un cadáver o una persona, estos son algunos ejemplos:

• Rugoscopía: Estudia la forma, tamaño y posición de las rugas o pliegues que tenemos todos en el paladar pues representan información específica de una persona, tal como la huella digital.

• Relación interoclusal: La posición esqueleto-dental de mandíbula y maxilar que cada uno de nosotros tiene en estado de reposo. Teniendo los modelos de yeso se puede registrar esta relación en cera y considerarla como un factor de individualidad.

• Huellas de mordida: Para dictaminar la identificación de una persona mediante un registro de mordida, ya sea en piel o en otra superficie (alimentos, chicle, etc.), debe realizarse un análisis morfométrico. Es decir, se estudia tanto la forma y posición de los dientes que se registraron en la mordida, así como, métricamente, se analizan y comparan sus longitudes; esas medidas dependerán de la profundidad dada por la presión ejercida durante la mordida.⁽⁶⁾

Cuando el cadáver ha sido analizado por los peritos forenses, se toma información útil que puede ayudar a su reconocimiento, uno de los más importantes es el registro dental, conocido como registro odontológico post mortem, donde se describen detalladamente las características bucodentales que el cuerpo presenta, por ejemplo, el número de dientes, posición dental, ausencias dentales, espacios entre los dientes, lesiones de caries y presencia de restauraciones o prótesis dentales.⁽⁷⁾

Con ello en cuenta, la identificación odontológica forense se logra mediante la comparación de los registros ante mortem con los recabados en los registros post mortem,⁽⁸⁾ los cuales en una identificación positiva deberían de coincidir tomando en cuenta los hallazgos incluyentes y excluyentes.

En resumen, a la identificación dental, se le conoce como hallazgo incluyente a todo elemento reportado en el registro ante mortem, y que de forma indubitable es encontrado en el cadáver, por ejemplo: la ausencia de un mismo diente; la presencia de una prótesis dental con el mismo diseño, etc. Por lo contrario, un hallazgo excluyente es todo elemento que a pesar de que se describió en el registro ante mortem no se encuentra en el cadáver, lo cual podría mermar o nulificar el proceso de identificación, en este caso: una restauración dental que en vida tenía el individuo y que en el cadáver no se encuentre presente.⁽⁸⁾

Referencias bibliográficas:

1. Franco Migues, D. (2019). Tecnologías de esperanza. Apropiaciones tecnopolíticas para la búsqueda de personas desaparecidas en México.
El caso de Las Rastreadoras del Fuerte. Comunicación y Sociedad, 16, pp. 1-29.
2. Zepeda, L. G. R.; Jiménez, R. P. G. (2019). Impunidad en homicidio doloso en México: reporte 2019. Impunidad cero, 344, pp. 6-21.
3. Muñoz, L. A. I. (2004). La necropsia médico legal. Investigaciones forenses en la necropsia. México: Editorial Porrúa, pp. 23-24.
4. Balachander, N. et al. (Abril, 2015). Evolution of forensic odontology: An overview. J Pharm Bioallied Sci. 7 (Suppl 1): S176-S180.
5. De Valck, E. (2006). Major incident response: Collecting ante-mortem data. Short communication. Forensic Science International, 159S, S15-S19.
6. Gil-Chavarria, I. et al. (2006). Comportamiento Estructural en la Unión Esmalte-Dentina en Dientes Humanos: Un Modelo Mecánico Funcional. Acta Microscópica. Vol. 15, No. 1-2, pp. 34-47.
7. Senn, D. R.; Weems, R. A. (2013). Dental identification. Manual of Forensic Odontology. USA: CRC Press, pp. 76-127.
8. Malik, R. (2012). Application of genetics and molecular biology in forensic odontology. J Indian Acad Forensic Med, 34(1), pp. 55-57.

Escrito por:

Dra. Michelle Sahagún Becerra

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