Un odontopediatra no solamente necesita tener conocimientos médicos y una buena destreza manual, sino que son necesarias otras cualidades personales, esto para saber cómo tratar a un niño y ganarse su confianza desde la primera visita. De esta manera conseguirás que el niño pierda el miedo y la consulta sea más cómoda y segura.
Al trabajar las diferentes clínicas en la universidad atendemos a distintos grupos de pacientes, si pasaste ya por pediatría puedes centrarte en los siguientes escenarios y contestar este test, o si estás a punto de tomar esta clínica puedes imaginar cada situación y elegir la opción que emplearías. Preparamos una serie de preguntas muy sencillas, si bien no es una prueba vocacional, te ayudará a despejar la duda.
¿Tienes madera de odontopediatra?
Estás en un espacio pequeño rodeado de niños, como un consultorio médico, de inmediato detectas que están muy inquietos y sus padres no hacen mucho por contenerlos, tú…
a) Me siento cómodo, quizás un poco ansioso. Si fuera mi lugar de trabajo pensaría en un área para ellos con juegos o entretenimiento.
b) No me siento muy cómodo, pero no tengo la confianza para pedirle a los padres que los contengan, sin embargo, pienso que podría pedirle a la secretaria usar la TV en un canal infantil.
c) Soporto el tiempo necesario, no sé como los padres pueden permitir ese comportamiento, si no paso con el médico en 10 minutos, prefiero volver otro día.
Aún sin tener hijos, cuando escucho a niños platicar de la caricatura de moda o de su entorno, yo…
a) Sé de lo que hablan, conozco el personaje de moda porque muy en el fondo me llama la atención la comedia infantil por su colorido o sus mensajes positivos.
b) Me agrada escucharlos, no sé del tema, pero me gusta ver sus pequeños debates y sus razonamientos.
c) Me aparto, entiendo de lo que hablan, pero creo que como adultos tenemos que ver temas a parte.
¿Cuáles consideras que son las principales diferencias entre un paciente adulto y un paciente pediátrico?
a) Además de las físicas a simple vista como estatura, peso y complexión, el carácter de un niño, su manejo del miedo en una situación desconocida. Es muy importante resaltar que fisiológicamente su boca es muy diferente al adulto y requiere cuidados especializados aún estando sano. Además, el niño está en desarrollo, en cada intervención por parte del odontólogo no se puede descuidar ni omitir un seguimiento a su crecimiento.
b) El tamaño de las piezas dentales, el espacio en boca, la encía, y sobre todo no es la misma higiene que maneja un adulto, por ende, están sujetos a mayor cantidad de enfermedades orales e infecciones.
c) Salvo el tamaño es lo mismo, ambos se enferman, ambos requieren cuidados e higiene, el niño está en desarrollo, pero son pocas las diferencias que percibo, me es igual tratar un niño que un adulto.
En la clínica de pediatría, cuando llega un paciente de primera vez, yo…
a) Saludo al niño primero, después a mamá/papá, me presento por mi nombre con el niño, es importante que el primer contacto sea con él.
b) Saludo a ambos, me presento como Dr, y les explico a ambos como vamos a trabajar ese día.
c) Saludo a ambos, me dirijo a la mamá/papá con un lenguaje lo más técnico y profesional posible, me interesa que me consideren de confianza para tratar a su hijo.
En consulta con el paciente pediátrico:
a) Puedo trabajar con seguridad si estoy solo con el niño o con la mamá a un lado, me refiero al niño con palabras amables para facilitar mi trabajo.
b) Me gusta que los padres estén afuera, creo que el niño se porta mejor sin ellos.
c) Prefiero que los papás estén adentro, pueden ayudar si el niño se pone difícil.
En la consulta, comprendo lo que debo hacer porque:
a) Reconozco que la boca del niño tiene características propias y me adapto a las necesidades.
b) Me preparé previamente, conozco las características de la boca, pero estudie con mayor esfuerzo para ubicar la diferencia entre un adulto y niño.
c) Boca es boca, todos deben tratarse con la misma delicadeza y destreza, la diferencia es menos órganos dentarios, los omito y listo.
Necesitas aplicar anestesia inyectada a un niño. ¿Cuál crees es la mejor forma de prepararlo psicológicamente para el dolor?
a) Luisito, debo ponerte una medicina para que no duela cuando cure tu muelita, necesito que me ayudes, si lo hacemos bien será rápido y te sentirás mejor.
b) Luisito, sentirás un piquetito de hormiguita, pero no te va doler, los niños valientes, como Batman, no lloran.
c) Señora, me ayuda a sujetar al niño para aplicar la anestesia.
Imaginando tu práctica diaria, ¿Cómo sería tu consultorio ideal?
a) Mucho color, ir al dentista es complicado, buscaría que la sala de espera no genere ansiedad o miedo con colorido, entretenimiento, actividades sencillas que puedan distraer la tensión.
b) Con mi personalidad, desde la sala de espera, hasta la unidad, debe tener mi marca personal. Me gustaría proyectar a mis pacientes confianza, profesionalismo y la certeza que están en las mejores manos, quizás pondría música para relajar el ambiente.
c) Lo más higiénico, minimalista y lujoso posible, la primera impresión es la que cuenta y hace nacer la relación dentista-paciente.
Los hábitos de higiene dental son mejor a una edad temprana, ¿Cuál de las siguientes opciones te parece la más adecuada para implementar esta tarea en los niños?
a) Si son niños pequeños, les compartiría la mejor técnica de cepillado. Les explicaría la importancia que tienen los dientes, sin descuidar la encía, sé que los niños aprenden mejor a base de repetición o juegos, eso aplicaría e invitaría a los papás a hacerlo.
b) Les enseñaría imágenes y fotos del daño a los dientes por falta de aseo. Les pediría lavar dientes y encía con cuidado, a su vez les pediría a los padres incentivar la higiene oral con premios y castigos.
c) Hablaría con los padres, debo convencerlos a ellos, finalmente yo los veo solo en consulta y esa actividad debe ser supervisada por quienes viven con ellos.
De las siguientes opciones, ¿Qué prefieres hacer?
a) Revisar a un paciente desde su temprana edad, no hay nada como conocer a tu paciente desde pequeño.
b) Colocar aparatos para corregir la dentadura. No hay nada como una dentadura perfecta.
c) Hablar durante horas con un paciente, revisarlo, tomarle los datos, y con base en esto, proponer un plan de tratamiento y aplicarlo lo antes posible.
A diferencia de un dentista general, un dentista pediátrico tiene formación adicional además de la titulación en Odontología: Psicología infantil, el crecimiento y el desarrollo. Esto le permite conocer cómo examinar y tratar a los niños, que no suelen ser las personas más pacientes. El miedo o respeto a acudir al dentista es un sentimiento generalizado, por ello es necesario saber cómo tratar y tranquilizar a un niño para hacer que una segunda visita sea mucho más fácil.
Los dentistas pediátricos tienen la oportunidad única de construir sus consultas alrededor de los pacientes que suelen visitarla. Por eso es fácil que todo esté más adaptado a ellos.
Autores:
Dr. Héctor Martínez Menchaca.
Dr. René Granados A.
Dra. Michelle Sahagún B.
















