La presencia de diastemas en dientes anteriores se considera, en algunos casos, un problema estético. El término «diastema» hace referencia al espacio de más de 0,5 mm entre las superficies proximales de los dientes adyacentes¹. Es importante conocer la etiología del diastema, ya que es multifactorial y no todos los casos se pueden tratar de la misma manera. La proporción de los incisivos centrales, la relación entre la altura y anchura, determinará el plan de tratamiento. Entre las diferentes maneras de tratarlos, la restauración directa con composite es, sin duda, un tratamiento que ofrece excelentes resultados y que, a la vez, es muy conservador.
Hoy en día, con las resinas compuestas podemos realizar múltiples combinaciones que nos permiten imitar el color del diente que queremos tratar y, de ese modo, que la restauración se integre. Para ello, es imprescindible conocer las dimensiones de color y el comportamiento que tiene la luz en la restauración final.
Al conocer también el tipo de composite y sus propiedades mecánicas, podemos ofrecer a nuestros pacientes, un tratamiento no solamente estético, sino también duradero.
Gracias a la amplia gama de esmaltes y dentinas con diferentes opacidades y saturaciones que nos ofrecen las resinas compuestas de la actualidad, podemos garantizar al paciente un tratamiento con unas propiedades biomecánicas y biomiméticas similares a las del diente natural ². Con la mejora constante de los materiales de restauración para odontología, sus propiedades incluyen también la transmisión de luz óptica y la dinámica del color. Con la translucidez, la opacidad, los efectos, y las técnicas de estratificación, el clínico puede conseguir emular el diente natural ³.
El cierre de diastemas con resinas compuestas es un tratamiento minucioso, donde hay que realizar un control detallado de los espesores de cada capa de composite y asegurar muy bien el sellado sin que queden irregularidades para conseguir una máxima integración, un buen punto de contacto y salud gingival.
Caso clínico
Un paciente masculino de 22 años se presenta en la clínica con la intención de mejorar su sonrisa, debido a que no le gusta el espacio entre los dientes 1.1 y 2.1 (Fig. 1). Después de la anamnesis y el examen intraoral clínico y radiográfico, se observó que dicho diastema interincisal se debía a una deglución atípica. El paciente se decantó por el tratamiento con dos restauraciones de composite directo porque era el más económico, inmediato y conservador.
Existe una gran cantidad de sistemas de composites, nuestra elección fue Ecosite Elements (DMG) por su amplia gama de tonos y el excelente mimetismo que se consigue con su correcta aplicación. Este sistema de composites dispone de una Shade Guide (Fig. 2) de múltiples muestras de diferentes combinaciones entre esmaltes y dentinas. Este es un modo de seleccionar el color para nuestra restauración final de forma sumamente exacta y predecible.
La elección del color en composites ha sido durante décadas un reto para los clínicos ⁴. La combinación entre los materiales opacos y translúcidos es crucial para el éxito de la restauración. En este caso, el esmalte EM y la dentina B1 nos parecía una combinación muy acertada.
En los casos de cierre de diastema, es muy importante que nuestra restauración empiece más subgingival para conseguir cerrar bien el espacio y tener un área de contacto ideal. Por ese motivo, se marcó con un lápiz la zona más yuxtagingival (Fig. 3) para no perder la referencia de la encía al realizar el aislamiento absoluto. En este caso, se utilizó un dique de goma y se consiguió una buena retracción gracias al dique invaginado y teflón (Fig. 4). Se realizó una ligera preparación con una fresa de anillo rojo y grabamos el diente durante 15 segundos con ácido ortofosfórico al 37 % (Fig. 5). Se llevó a cabo un grabado de todo el diente porque en los siguientes pasos se extendió el composite (EL) en gran parte de la cara vestibular, realizando un desvanecimiento con el pincel que permitió un perfecto pulido y máxima integración. A continuación, se colocó el adhesivo Ecosite Bond (Fig. 6) y fotopolimerizamos.
Con la ayuda de una llave de silicona se realizó la capa de esmalte palatino, Ecosite Elements Layer EL (Fig. 7), un composite ideal para dicha capa, porque nos proporciona un aspecto blanquecino y a la vez translúcido por el poco espesor que necesita esta capa. Con la ayuda de las matrices metálicas preformadas (Fig. 8), se colocó la capa de Ecosite Elements Pure B1 que nos proporcionará la opacidad y el valor ideal para este caso (Fig. 9). Es de suma importancia controlar muy bien el espesor de cada capa: si se da demasiado grosor a la dentina, no se dispondrá de espacio para la colocación del esmalte seleccionado y esto provocará una mala integración de la restauración en el resultado final.
Se utilizó Ecosite Elements Layer EM para la última de las capas (Fig. 10), el esmalte ayuda a modular el valor de la restauración. Esta capa suele tener un espesor de 0,5 mm y proporciona la translucidez y el pulido que se necesita para la mimetización de la restauración.
Se realizó el acabado y pulido con copas de goma y discos de grano medio y fino. En la parte más cervical, en la interfase entre el diente y la restauración, se pasaron unas tiras finas de pulido, y se comprobó su sellado con una radiografía final (Fig. 11). Con hilo dental se comprobó el punto de contacto entre las restauraciones y la higiene (Fig. 12).
Se citó al paciente a los 7 días para controlar la integración de la restauración después de la hidratación del diente y comprobar el aspecto gingival (Fig. 13).
