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La Odontología para pacientes especiales se ha convertido en uno de los retos más grandes que nuestra profesión ha tenido a lo largo de los años. En cuya especialidad necesitamos estar al día con la fisiología y la medicina interna, así como de toda la tecnología que en las últimas décadas ha beneficiado nuestra área tanto en farmacología como en biomateriales y equipos. Por si fuera poco, requerimos conocer de todas las técnicas psicológicas que puedan ayudarnos a encarar la conducta de nuestros pacientes.

Hace unos años, esta Odontología estaba dedicada exclusivamente a los pocos pacientes con discapacidad que se contemplaban para el momento. Actualmente, dentro de los pacientes especiales se incluyen aquellos con discapacidades motoras, psíquicas, sensoriales, los médicamente comprometidos y de edad avanzada. Las cifras más recientes de la Organización Mundial de la Salud arrojan que el 15% de la población mundial tiene algún tipo de discapacidad y que 15 millones de personas mueren anualmente por enfermedades crónicas. Paradójicamente, dos tercios de esta población no reciben atención odontológica.

Los pacientes especiales tienen características médicas, psicológicas y odontológicas particulares dependiendo la condición que presenten. Sin embargo, por lo general —debido a que la higiene bucal es deficiente por las alteraciones físicas y psíquicas que impiden realizar un cepillado eficiente, a las dietas que suelen ser blandas y pegajosas, a la alta ingesta de fármacos y a las pocas visitas de control odontológico—, la incidencia de caries, enfermedad periodontal y maloclusiones es mayor que en el resto de la población. Asimismo, suelen ser más propensos a sufrir de traumatismo y fracturas o pérdidas dentales por los hábitos que presentan o las convulsiones.

Respecto a la atención de los pacientes especiales, existen diversas alterativas que van desde la aplicación de técnicas psicológicas para modificar su conducta, pasando por la restricción física hasta el uso de medicamentos que disminuyan su ansiedad. En casos más complicados se debe recurrir a la sedación profunda o la anestesia general para poder tratarlos odontológicamente.

No obstante, ¿estamos realmente preparados los odontólogos para tratar pacientes especiales? Esta interrogante debe hacernos reflexionar y constituir el inicio del cambio de paradigmas establecidos en la Odontología del siglo pasado. Realmente debemos capacitarnos para la Odontología del nuevo milenio, esa que se dedica a la atención de pacientes con discapacidad y médicamente comprometidos, que es la verdadera disciplina del futuro.

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